Juan Tamariz y Consuelo Lorgia, la magia de la sonrisa

Tamariz ha culminado su visita Ceuta con un espectáculo en el que durante más de dos horas se encargó de mezclar magia, telepatía, humor, misterio, improvisación y emoción. El mago ha vuelto a dejar a todo el mundo ‘pasmao’ con su manejo de las picas y los tréboles, y su dominio de las mentes ajenas.

‘Magia Potagia’, que así es como se llama la representación, estuvo compuesta por siete bloques en los que se suceden diferentes números de magia que van desde juegos colectivos hasta trucos pequeños e íntimos. También hay una cabina en la que levitan objetos y la colaboración entre Tamariz y la colombiana Consuelo Lorgia, su mujer, se concreta en varios números en los que hacen juntos telepatía y adivinaciones. Sin duda, uno de los mayores momentos de magia de toda la función. En la segunda parte del espectáculo, Tamariz se ayuda en el escenario de una cámara conectada a una pantalla en la que el público puede ver ampliados los detalles de los trucos en directo, para que sus “especta-actores”, como él los denomina, puedan intentar adivinar lo que sucede en escena cuando sus manos entran en juego.

El que fuera ‘Mago del Año’ en Estados Unidos en 1993, ha triunfado en Los Ángeles, Las Vegas, Nueva York, Barcelona, Madrid, Sevilla e incluso China con la gira de este último espectáculo, que por supuesto también ha sido un tremendo éxito en la ciudad. El ritmo de la venta de entradas ya lo auguraba y los tres carteles de “no hay entradas” que ha registrado en su visita a Ceuta así lo han atestiguado.

Por su parte, Consuelo Lorgia no se queda atrás y su función también es simplemente impresionante. El espectáculo de la colombiana estaba orientado a los más pequeños, pero en el fondo todos somos niños y la magia no tiene edad. Lorgia demostró por qué dicen de ella que tiene algo especial encima del escenario y deslumbró a todos con sus rutinas llenas de ilusión y arte.

A pesar de que el humor es uno de los elementos identificativos de los espectáculos de magia de Tamariz, el propio mago asegura que él no hace humor sino que trata de hacer la magia con alegría y transmitir esa alegría al público. Tamariz se presenta cada noche con su violín, en el que “tengo cinco horas de espectáculos” y la intuición y la respuesta del público es la que determina el contenido del espectáculo. “Si vas a verme varias veces es muy difícil que veas el mismo espectáculo”, asegura.

Si dicen que la cara es el espejo del alma, se puede afirmar sin miedo a equivocarse que Juan Tamariz y Consuelo Lorgia ofrecen un espectáculo bueno para los cinco sentidos y excelente para el interior humano. Los rostros a la salida del ‘Siete Colinas’ de todos aquellos que han podido presenciar la tremenda representación de estos magos demostraba que una sonrisa sí puede llegar realmente de oreja a oreja y que los ojos pueden ponerse como platos. Eso sí, si no quieren que sus cabezas echen humo no deben intentar adivinar cómo realiza sus trucos, porque la magia existe y ellos lo han demostrado a lo grande invitando a todos los caballas a disfrutar de lo imposible.

Fuente: El Faro de Ceuta

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