Es sencillísimo, podemos hacerlo ya mismo en nuestras casas.
Luis Piedrahita en su sección ¿A quién le cree usted, a sus propios ojos o a mi? o La magia que ningún mago haría muestra cuál es la solución más sencilla para cambiar un bombillo: volar. Disfrutemos de la magia y la explicación, my lógica, por cierto.