Varita Rota: Lamentamos informar que el Padre Eduardo González García conocido en el mundo de la magia como«Trickman» falleció la noche del domingo 7 de febrero en Villa de Leyva, Boyacá. Paz en la tumba de una de las leyendas de la magia en Colombia.
Como un pequeño homenaje a su memoria compartimos este artículo de la revista Lámpara Mágica publicado en el año 1993 acerca del Padre González.
Mago al que le dicen Padre
Cuando era apenas un niño, el pequeño Eduardo se encontró con El Tesoro del a Juventud. A través de sus deliciosas páginas descubrió la magia y comenzó a soñar con sueños que se convertían en realidad con solo decir abra cadabra. Por aquellas calendas tuvo la oportunidad de observar en el escenario al inolvidable Fu Manchú y cada una de sus ilusiones dejó en su corazón la rúbrica de que las ilusiones tienen espacio en el alma.
Fue así como aquella joven alma recibió el llamamiento de Dios y el sacerdocio se convirtió en su máxima ilusión, mientras que el arte seguía bullendo en su interior, en el seminario dio rienda suelta a su fantasía cuando el rector le prestó un libro de magia del Padre Javier Barcón Furudarena que sirvió para preparar con dos compañeros una función de hora y media que, sin saberse como, fue el acto central de la fiesta de las misiones. El alma y la sangre seguían hirviendo por la magia.
Ya ordenado como sacerdote empezó a conocer de cerca magos de verdad. Carlos Otálora de la Casa de los Trucos le presentó a grandes maestros como Gustavo Lorgia y el tío Óscar, a través de quienes conoció a Oscar Keller y Adrio, su gran amigo. Luego, y gracias a su don de gentes, comenzaron a desfilar por su vida, con su amistad y enseñanzas, Charlesar, Pilochán, Aladín, Fasty, Marvel, Richard Sarmiento, Bleiman, Carlos Giraldo y Eduardo Klopstock.
Todos los conocimientos adquiridos le permitieron tener su primer alumno, Pedro Espitia, de quien se siente muy orgulloso pues, según su decir «En poco tiempo dejó de ser mi alumno para convertirse en mi maestro». La inquietud intelectual de Espitia se plasmó en unas páginas que recogieron el amor que Trickman -El mismísimo Padre González- le había infundido por la magia y el gran deseo de fundar una hermandad mágica. Fue este el primer paso para fundar el Club Colombiano de Artes Mágicas bajo la rectoría y asesoría espiritual del Padre.
Amando profundamente el sacerdocio ha encontrado que el señor puso la magia en su camino como un auxiliar de su tarea pastoral. «Algún día, -cuenta él- al terminar una de mis actuaciones mágicas en un pueblo de Boyacá, una señora me preguntó que si podía adivinarle la suerte. Su físico y temperamento me facilitaron hacer un buen análisis de su personalidad, lo que la sorprendió enormemente. Al admitir que era verdad lo que escuchaba me cuestionó sobre la presencia de mis capacidades. Fue entonces cuando le confesé que antes de mago era Sacerdote y comencé mi labor de catequesis sobre el primer mandamiento de la ley de Dios, haciéndole entender que era un pecado atribuirle a las personas y a los objetos un poder sobrenatural que sólo Dios Posee».
Para el padre Trickman la magia ha sido una terapia que le permite encontrarse consigo mismo y, al tiempo, un camino al encuentro con Dios a través de los demás. Magia que se convierte en oración y en acción de gracias.
Así, a grandes rasgos, Eduardo González es un hombre lleno de bondad que ha sabido entregarse a los suyos con un profundo amor y una enorme alegría y que ha convertido la magia que descubrió en El Tesoro del la Juventud en camino para llegar al alma de los demás y conducirlos al encuentro de Dios.
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