Sí, hasta los mejores magos del mundo pueden ser engañados. A veces con efectos más sencillos de los que imaginamos, hay muchas anécdotas al respecto. También es cierto que debes estar muy preparado y no hay espacio para el error. Esta historia tiene mucho que ver con esto. Resulta que el juicio de Gavin Cox contra David Copperfield ha generado mucho interés por el hecho, entre otros, que se tuvo que dar a conocer uno de los secretos del espectáculo. Pues al parecer Cox le estaba intentando hacer un truco al equipo de Copperfield y el MGM Grand, y le falló.
Recordemos que Cox demanda por lesiones personales, alega que el accidente durante el show del ilusionista le causó daños físicos con graves consecuencias como el no poder caminar sin asistencia.
Sospechamos desde el principio que Cox seguramente está exagerando para hacer más grave la situación de lo que parece, y lograr quitarle una suma de dinero mayor a la que los abogados de Copperfield le pudieron haber ofrecido para conciliar la situación, y así evitar el juicio que se está llevando a cabo.
Pues el truco iba perfecto, Cox no sólo tenía todo a su favor, pues logró hacer que Copperfield y su equipo explicaran cómo funcionaba paso a paso la ilusión Lucky 13, el jurado estaba convencido de la gravedad del asunto hasta que, como a cualquier mago le puede pasar, tuvo un descuido.
Gavin Cox, que siempre usó asistencia para caminar en el juzgado los últimos dos meses, fue visto en la calle paseando su perro junto a su esposa sin ayuda, fresco, tranquilo. Los abogados tienen la evidencia en video, la cual atenta directamente contra la credibilidad del demandante y su equipo.
En la audiencia, el abogado de Copperfield mostró el video y preguntó ¿Quién es el ilusionista aquí?
Lastimosamente el secreto de Lucky 13 ya es de conocimiento público, pero parece que Cox no se saldrá con la suya. Eso pasa cuando intentas engañar a uno de los mejores magos del mundo (y su equipo de abogados).
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