El israelí Uri Geller es sin duda uno de los más grandes mentalistas de todos los tiempos, marcó una época y su influencia durará por muchos años.
Afirma que sus efectos de telequinesis y telepatía no son trucos sino poderes especiales que obtuvo siendo niño, según él cuando tenía cuatro años fue golpeado por una luz desde el cielo que lo tiró al césped, tras lo cual corrió a decírselo a su madre. Poco después, mientras tomaba sopa, su cuchara se dobló y se rompió. Si le preguntan hoy en día por eso, dirá que es cierto.
Comenzó como mago y alcanzó la fama nivel rockstar a los 24 años por sus demostraciones paranormales durante sus espectáculos en vivo. Su leyenda crecía en todo el mundo, cada una de sus apariciones era más sorprendente que la anterior. Dicen que lo vieron subir la temperatura de un termómetro con sólo mirarlo, hacer girar la aguja de una brújula a su antojo, parar el reloj de una persona por teléfono, mover el curso de un chorro de agua con sólo acercarle el dedo y un largo etcétera. Todos estaban convencidos que era un psíquico real (Menos James Randi, pero esa es otra historia).
También dice que gracias a su poder pudo encontrar agua, petróleo y minerales, de hecho, en los 80’s se retiró de la vida pública afirmando que quería disfrutar de la riqueza que había acumulado gracias a su habilidad y que las grandes empresas que lo habían contratado para esos fines no eran capaces de admitirlo.
Su hazaña más reciente, y más conveniente por el contexto, fue doblar con el poder de su mente un iPhone 6.
Más allá de todas las teorías e historias muy divertidas a raíz de los supuestos poderes de Geller, lo que hay que rescatar y resaltar es cómo logró que su personaje alcanzara la fama mundial (en ese momento no había internet, ni redes sociales, ni nada por el estilo) usando el misterio y lo paranormal como medio. Un manejo de marca ejemplar.
Encontré este documental que resume la vida y obra de un grande de la historia de la magia, los invito a verlo a continuación:
