Cada 31 de enero celebramos el día del mago en honor a San Juan Bosco, el patrono de los magos quien falleció a la madrugada de un 31 de enero de 1,888 a sus 74 años de edad en Turin, Italia.
Ya sabemos su historia con la magia, no está de más recordarla. Cabe agregar que recientemente el autor Juan Carlos Aonso lanzó un libro llamado Don Bosco y la magia donde estudia a profundidad su faceta como mago.
¿Pero conocemos más de su obra? aquí les van algunos datos.
San Juan Bosco, también conocido como Don Bosco, fue un sacerdote católico italiano que vivió en el siglo XIX y se dedicó a la educación y la formación de jóvenes en riesgo. Nacido en Becchi, una aldea cerca de Turín, en 1815, San Juan Bosco creció en una familia humilde y trabajó como pastor antes de ingresar al seminario.
Después de ser ordenado sacerdote en 1841, Don Bosco comenzó a trabajar con jóvenes en las calles de Turín. Se dio cuenta de que muchos de estos jóvenes estaban desatendidos y en peligro, y decidió dedicar su vida a ayudarlos. Fundó una institución llamada «Oratorio de San Francisco de Sales», que ofrecía educación, refugio y formación religiosa a los jóvenes en riesgo.
Don Bosco también fundó la Sociedad de San Francisco de Sales, conocida como los Salesianos, una congregación religiosa dedicada a trabajar con jóvenes. Esta congregación se ha expandido a nivel mundial y sigue siendo muy activa en la educación y la formación de jóvenes en todo el mundo.
Una de las principales contribuciones de San Juan Bosco fue su enfoque en la educación basada en el juego y la diversión. Creía que los jóvenes aprendían mejor cuando estaban disfrutando y se sentían relajados, por lo que utilizaba el juego y la recreación como una herramienta pedagógica. También fue un gran defensor de la educación física y promovió el uso de deportes y actividades al aire libre como parte de la formación de los jóvenes.
Otra de las contribuciones importantes de Don Bosco fue su enfoque en la formación religiosa. Creía que la fe cristiana era esencial para la formación integral de los jóvenes, y trabajó para inculcar valores cristianos en los jóvenes que ayudaban. También fue un gran defensor de la devoción mariana y promovió la veneración de la Virgen María como una forma de ayudar a los jóvenes a desarrollar su fe.
En 1888, San Juan Bosco fue beatificado por el Papa León XIII, y en 1934 fue canonizado como santo por el Papa Pío XI. Su legado sigue vivo hoy en día a través de la Sociedad Salesiana y la gran cantidad de escuelas, oratorios y programas para jóvenes que se han fundado en su nombre.
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