Mouchos, curuxas, sapos e bruxas.
Demos, trasnos e diaños, espíritos das neboadas veigas.
Corvos, píntegas e meigas: feitizos das menciñeiras.
Podres cañotas furadas, fogar dos vermes e alimañas.
Lume das Santas Compañas, mal de ollo, negros meigallos, cheiro dos mortos, tronos e raios.
Ouveo do can, pregón da morte; fuciño do sátiro e pé do coello.
Pecadora lingua da mala muller casada cun home vello.
Averno de Satán e Belcebú, lume dos cadáveres ardentes, corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernais cus, muxido da mar embravecida.
Barriga inútil da muller solteira, falar dos gatos que andan á xaneira, guedella porca da cabra mal parida.
Con este fol levantarei as chamas deste lume que asemella ó do Inferno, e fuxirán as bruxas a cabalo das súas vasoiras, índose bañar na praia das areas gordas.
¡Oíde, oíde! os ruxidos que dan as que non poden deixar de queimarse no augardente quedando así purificadas.
E cando este beberaxe baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa alma e de todo embruxamento.
Forzas do ar, terra, mar e lume, a vós fago esta chamada:
se é verdade que tendes máis poder que a humana xente, eiquí e agora, facede que os espíritos dos amigos que están fóra,
participen con nós desta queimada.
Conjuro de la queimada
Escenario donde se llevó a cabo la velada mágica
Anoche pocos afortunados vivimos algo sin precedentes en Colombia: una de las famosas queimadas mágicas del maestro Juan Tamariz. Se realizó en la casa de Gustavo Lorgia hasta altas horas de la noche. La velada fue posible gracias a la organización de Alfredo Lorgia, quien se encargó de todo el tema logístico y todo estuvo en su lugar.
Alrededor de las 8pm comenzó a llegar el público, en su mayoría magos residentes en Bogotá; todos fuimos recibidos por el maestro y su esposa Consuelo Lorgia quienes nos invitaron a pasar a la sala para darle comienzo a la velada mágica.
El show comenzó con una demostración de magia sólido a través de sólido con corchos (personalmente, me transportó hasta mis primeros años como mago, pues fue una de las primeras magias que aprendí en los fasículos de El Mundo Mágico de Tamariz) y luego pasamos a un salón dispuesto para el resto del espectáculo.
Vimos magia de todo tipo, desde juegos de cartomagia inéditos, efectos de mentalismo y demostración de superhabilidades como memoria y fuerza; siempre con el estilo inconfundible del maestro Tamariz. Además, realizó un acto de telepatía con Consuelo Lorgia quien también nos deleitó con un par de demostraciones mágicas.
El hecho de que cada vez que, como magos, vemos actuar a Juan Tamariz y quedemos (literalmente) con la boca abierta, demuestra que es y será uno de los mejores magos de la historia. Que afortunados somos.
Luego de una breve pausa procedimos a la preparación de la queimada, una bebida celta preparada con un aguardiente especial que, dicen, proteje contra los malos espíritus. Mientras se quema un poco el alcohol de la bebida, algo que con las luces apagadas toma un aire muy místico porque sólo se podía ver el fuego azul, escuchamos el conjuro en palabras de Juan Tamariz para terminar la noche bebiendo un poco del trago y haciendo tertulia.
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