Esta anécdota la escuché durante el Taller de 6 a 6 de Juan Tamariz.
Una vez un jóven mago se le acercó a Dai Vernon y le dijo:
– Maestro, quiero ser un gran mago, deseo dedicar mi vida a la magia ¿Qué debo hacer?
Vernon respondió:
– Estás dispuesto a sacrificar un día entero, un mes entero, hasta un año por un solo efecto?
– Claro que si
– Entonces no sirves
– ¿Por qué?
– Porque la magia no es ningún sacrificio
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