Cada vez que Consuelo Lorgia entra a escena llena con su carisma, su estilo es elegante y encantador, hace efectos clásicos recordando esa época dorada de la magia en los mejores escenarios del mundo. Hace poco visitó Colombia unos días antes de regresar a España y salir de gira por Estados Unidos donde se encuentra en este momento junto a su esposo, el maestro Juan Tamariz; Punto G habló con ella.
Consuelo pertenece a una de las dinastías mágicas más importantes de Colombia, tres generaciones llenas de magia desde Gustavo Lorgia Camacho, pasando por Gustavo hijo, Consuelo, Danilo, Doris y una generación más con Alfredo (hijo de Consuelo), Johnattan, Juan y Jesica.
Creció rodeada de magos y debutó a los nueve años de edad en su colegio con su papá Gustavo como su secretario ante un público compuesto por padres de familia; hizo una que otra actuación antes de presentarse oficialmente como maga ante la Sociedad Colombiana de Magos. En ese entonces (finales de los 70) Yolima y ella eran las únicas magas entre los decanos de la magia colombiana: Gustavo Lorgia Camacho, Ming Fú, Charlesar, Pilochán, Aladdín y Max Lond entre otros.
Esta situación la «obligó» a formar un estilo único, pues carecía de modelos femeninos a seguir. Siempre se ha caracterizado por su elegancia y su gran carisma, también su humor fino, sin dejar en ridículo al espectador, algo muy importante y que le han destacado mucho en el extranjero.
No era común para su época ver magas, las mujeres eran casi siempre las asistentes de los magos y las víctimas en las grandes ilusiones, de hecho, Consuelo fue considerada una de las mejores parnetaire del mundo en su momento, junto a la asistente del estadounidense John Calvert, pero así como lograba que otros se lucieran, ella también brilla con luz propia como maga.
Show en el Lido de Madrid. Consuelo como partenaire de Gustavo Lorgia.
Consuelo revive en escena algunos de los clásicos mágicos más espectaculares: aparición de flores, papel roto y recompuesto, la pagoda, aparición y desaparición de animales y el fantástico efecto de la bola de papel que, mientras ella lo coloca en un abanico, se transforma visiblemente en un huevo. También realiza grandes ilusiones como la cesta hindú y la mujer zig-zag junto a su hijo Alfredo.
La magia no sólo hace parte de su vida profesiónal, también llenó su corazón, hace poco contrajo matrimonio con uno de los mas grandes magos de todos los tiempos, el gran Juan Tamariz, con quien comparte escena en sus más recientes giras y en las queimadas con gran éxito en el público.
Consuelo Lorgia y Juan Tamariz en la entrada de uno de los espectáculos
Una anécdota
Precisamente debido a su matrimonio, Consuelo se mudó a España donde a pesar de hablar el mismo castellano que en su natal Colombia, hay muchas diferencias.
«Estaba realizando la aparición de un conejo junto a Juan (Tamariz), él lo hace aparecer y yo lo desaparezco, cuando salí a escena dije: «vamos a hacer un juego entre todos, vamos a desaparecer el conejo que Juan…» en ese momento la gente empezó a reírse a carcajadas, pensé que no me había dado a entener claramente, entonces repetí «le voy a pedir a Juan que me preste el conejo…» y la gente se reía cada vez más. Yo no entendía, sin embargo seguí con el juego. Al final me explicaron que conejo en España significa algo completamente diferente al animalito, se refiere al aparato reproductor femenino. A partir de ese día aprendí que se les dice mascotas»
La magia es un idioma universal, es posible enseñarla sin necesidad de saber otros idiomas, Consuelo nos contó que en una maratón mágica en Francia hizo una magia con cartas que impresionó bastante a los magos y la enseñó sin conocer el francés.
Consuelo siente una conexión especial con los niños, le encanta hacer magia infantil y de hecho ha dictado clases a profesionales. Nos regaló algunos consejos basados en su experiencia para los magos que están empezando o que se dedican a la magia infantil:
1. Para los saboteadores. Muchas veces sucede que un niño quiere sabotear al mago y no lo deja trabajar, para esos casos hacer lo siguiente:
«Mirarlo pensando en que tu también fuiste niño y a esa edad estarías haciendo lo mismo. La mirada transmitirá ese mensaje y el niño al no entender tu reacción, pues espera que el mago lo mande a sentar o callar, cambiará su actitud automáticamente.»
2. No sacar a un niño a burlarse de él, ellos quedan marcados, recordarán siempre al mago que los hizo quedar en ridículo delante de sus mejores amigos y su familia y jamás lo van a perdonar.
«Siempre que pases a un niño al escenario recuerda que no te va a perdonar un ridículo en público.»
3. Una linea invisible. No les digas a los niños «quieto» «no te acerques» «no te muevas», su naturaleza es contraria; en el mismo idioma participa en el juego de ellos: di «soy el mago y vamos a imaginar (trazándola con la mano) que los que quieren participar están de la línea hacia el fondo, a partir de aquí son actores y magos». Así van a respetar el espacio del artista.
4. Siempre hacerlos sentir importantes. Cuando tengamos a un niño como ayudante destacar todo el tiempo sus cualidades: «que bien lo haces!» «qué bonita sonrisa», etc… y eso los contagiará a todos incluídos los adultos y el clima en el evento cambiará en beneficio del espectáculo.
Finalmente, si un niño te hace quedar mal en público con comentarios de tipo «lo sacó la manga!», hay que agradecerles porque los adultos nunca le dicen los errores al mago y entonces no sabremos qué debemos practicar y mejorar. Los niños son más exigentes y quienes mejor responden ante un buen espectáculo, por eso no se debe ir a ensayar ni a experimentar, por eso es muy importante al comienzo de la carrera profesional actuar ante público infantil.
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