Ya vimos los primeros actos y llegó la hora de la final del reality show Britain’s Got Talent: the Champions. Darcy Oake fue el único mago que clasificó. Para su presentación usó el recurso de la nostalgia, el mismo con el que se presentaron en la primera ronda Issy Simpson y Richard Jones.
Pero por alguna razón, este siente más auténtico. Puede ser el guión, la música o lo que nunca falla: niños.
Convirtió una historia personal: la muerte de su hermano mayor, en un efecto de magia. Hizo algo que todos como artistas deberíamos: transmitir nuestras emociones a través de lo que hacemos. Y en este caso específico, a pesar de tratarse de un tema muy personal, se convierte en algo que genera mucha empatía con el público, pues la gran mayoría de nosotros hemos perdido algún familiar cercano.
Más allá del efecto, de los momentos mágicos en la rutina, del desgaste del recurso de la nostalgia o de David Copperfield (?), es algo muy diferente a lo que venía haciendo Oake en todos los realitys donde se ha presentado. Demostrando así, su gran capacidad artística.
Veamos:
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Lastimosamente Darcy Oake no ganó el reality, fueron Twist and Pulse quienes se llevaron el gran trofeo a casa.
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